Ser el «hombre sí» apesta. Pero, ¿también es terrible para los negocios?
¿Qué imaginas en tu cabeza mientras imaginas a un vendedor? Un tipo sórdido de cuarenta y tantos años que vestía un horrible traje beige y una pésima peluca. Te saluda con una sonrisa que parece estar pegada a su rostro con epoxi industrial. O al menos algo por el estilo. ¿Tengo razón? Oh, vamos chicos. […]
20/12/2017