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Ser entrenador es duro. Pero, ¿debería ser así? Quiero decir, te estás rompiendo el trasero para hacer que las personas sean mejores de lo que ya son. ¿No deberían estar dando la bienvenida al cambio que traes a la mesa?
Bueno, aquí está la cosa. Querer ser una mejor persona/profesional/atleta es una cosa. Escuchar lo terrible que eres de una persona a la que le estás pagando dinero es otra. Y, sinceramente, este último no es ninguna delicia.
Seamos realistas, las personas quieren un entrenador personal para mejorar en lo que hacen o sueñan pero, al mismo tiempo, son adultos completamente funcionales que no quieren ser educados.
Equilibrar este dilema es lo que te convierte en un gran entrenador personal. Saber cómo enseñar sin enseñar es tu arma definitiva, la mentalidad perfecta que a otros les encanta seguir. Clava esto y tu agenda se llenará de citas hasta un punto en el que será imposible rastrearlas (no te preocupes, te ayudaremos con eso ).
Ponte tu Doc. sombrero cafe
“ Si esto entonces aquello” es una gran declaración para respaldar la lógica de un artículo científico. No funciona en el entrenamiento, sin embargo. Decirle a alguien que cambie algo implica que ese algo acerca de ellos está mal como es.
Dado que algo puede estar mal desde su perspectiva profesional, señalarlo podría no ser la mejor opción.
La gente, tus clientes, vienen con equipaje personal. Tienen experiencia, habilidades y conocimientos con los que quizás nunca sueñes. Acéptalo como un hecho y deja de mostrarles lo que podrían haber cambiado en el pasado para mejorar su presente.
Haz lo contrario: ¡muéstrales el futuro! Comunicar cómo descubrir nuevas formas de hacer las cosas y estar abierto a las próximas oportunidades. Observe cómo una discusión sobre el futuro no se trata de algo que debe cambiar ahora. Se trata de una nueva y mejor manera de lograr metas personales.
Escucha más de lo que hablas
¿Has oído hablar del Principio de Pareto ?? Viniendo de la reina de las ciencias, las propias matemáticas, esta regla general establece que siempre hay un 20% de esfuerzo productivo responsable del 80% de los ingresos.
Lo mismo se puede decir sobre el coaching: escuchar es el 20% central de sus actividades que darán los mejores resultados a largo plazo. El arte de escuchar puede y debe ser tu carta secreta bajo la manga.
Sin embargo, no lo malinterpretes: cuando digo escucha, no me refiero a «mantén la boca cerrada durante al menos media hora». Hay mucho más que eso.
De acuerdo con un artículo de Harvard Business Review escrito por Jack Zenger, escuchar se trata de hacer que la otra persona se sienta cómoda al compartir ideas contigo.
“La buena escucha fue vista consistentemente como un diálogo bidireccional, en lugar de una interacción unidireccional de “hablante versus oyente”. Las mejores conversaciones fueron activas..”
En palabras más simples, su trabajo como entrenador no se trata de decirle a la gente lo que debe hacer. Se trata más bien de permitirles deducir por sí mismos el patrón de acción más apropiado. Guíelos a través del viaje, pero permita que las decisiones sean propias.
¿Tiene alguna otra pregunta sobre las mejores prácticas para entrenadores y consultores? No seas tímido, cuéntalos todos en los comentarios y te responderé. ¡Es una promesa!